• Concisión. Adecuación de la pericial al problema planteado, enriqueciéndolo con aportaciones de carácter técnico.

• Capacidad para explicar el dictamen al tribunal. Habilidad y experiencia para trasladar al juez el contenido y conclusiones de su informe de una forma convincente y clarificadora.

• Calidad del informe. De poco sirve un buen informe muy técnico, sofisticado y de enorme calidad si luego las conclusiones no son capaces de ser transmitidas de forma convincente al juez durante la vista. La claridad en la exposición de los argumentos es clave.

• Rigor técnico y profesional. Entendimiento de las cuestiones económicas implícitas en el caso.

• Exhaustividad en el trabajo de campo. Este debe realizarse con el nivel de profundidad necesario para garantizar la credibilidad en las conclusiones.